Puede que lo sepas: cada día nos llenamos de plástico. Está por todos lados, en los cubiertos, en recipientes, bolsas, envases de bebidas, bombillas, etc. ¿Sabías que cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico de las cuales solo el 9% se recicla?
Sin embargo, no todo está perdido y todavía hay luz al final del túnel. ¿No lo crees? En Nación Virgin te contamos acerca de una novedosa innovación que puede ser la solución ante el problema del plástico. Y todo gracias a la palta que disfrutas en tu desayuno, almuerzo y once (si es que se puede).
Una idea extraordinaria
Biofase es un emprendimiento mexicano que nació a partir de la búsqueda de crear productos de uso diario que sean reciclables y que tengan un menor impacto medioambiental. Así, se espera que la gente los vea como alternativa frente a productos convencionales nocivos.
Ahora, ¿cómo hacerlo? Aquí radica la genialidad: nuestros hermanos mexicanos encontraron en la semilla de la palta o aguacate, como ellos la llaman, una oportunidad de producir bioplástico. Pero, no se quedó solo en la idea, en la actualidad sus productos se exportan a once países.
¿En qué consiste su tecnología?
La innovación de Biofase consiste en utilizar desechos agroindustriales como principal componente para producir artículos como pajitas, tenedores, cuchillos y cucharas que se descompongan de manera natural en la tierra o en la basura.
O sea, puedes tirarlos sin culpa, teniendo la seguridad de que en el corto tiempo desaparecerán como polvo de estrellas. Es que, en comparación a los plásticos derivados del petróleo, los productos de Biofase tienen una huella de carbono menor, debido a que, durante su proceso de crecimiento, la palta absorbe CO2 de su entorno para que sus tejidos se desarrollen.
¿Y por qué la palta?
A diferencia de otras iniciativas sustentables, el uso de la palta permite que el proceso de degradación no sea agresivo para el medio ambiente. Si bien, se ha buscado utilizar materias primas como caña de azúcar o maíz para crear plástico, estas requieren ser sometidas a altas temperaturas para empezar su proceso de descomposición, por lo que no logran evitar los métodos industriales.
Dado que en cada año la producción de basura aumenta, este tipo de innovación permite aprovechar la palta para la creación de artículos que no necesiten de tratamientos químicos para poder degradarse, reduciendo al mismo tiempo los residuos orgánicos. Y tú, ¿tienes una idea similar?
