Uno de los encantos del cine es poder ver nuestras tristezas y alegrías reflejadas en la pantalla y, en muchas ocasiones, reflexionar en torno a ellas desde ese espacio de arte. La película Parasite tiene la particularidad de conectarnos con personajes que, a pesar de los continentes que nos separan, sucumben a sus pasiones, tienen carencias afectivas y económicas y son (o huelen) como muchos de nosotros.
El éxito detrás de la película Parasite ganadora del Oscar
El éxito de esta película coreana ganadora del Oscar radica en que aunque su escenario es Seúl, bien podría ser Santiago o Sao Paulo, y que, a pesar de todas las diferencias culturales que hay en el medio, nos muestra que en la desigualdad todos somos iguales.
Haciendo gala de una variedad de géneros cinematográficos, Parasite pasa de la comedia ácida al drama e incluso al suspenso, con un humor negro que acentúa las diferencias entre ambas familias protagonistas: los Kim y los Park.
La película Parásitos, como se traduce su título, muestra que la falta de oportunidades es un tipo de violencia que puede afectar a cualquier sociedad, llevando a sus miembros a los límites de lo impensable. Esta producción, la primera película coreana en ganar 4 premios Oscar y llevarse el más importante, Mejor Película, ha demostrado que la desigualdad es universal y que habla todos los idiomas.
Cómo el director de Parasite narra una historia universal
Para su director, Bong Joon-ho, el éxito de la película Parasite se debe a que “es puramente surcoreana, lo que me hace pensar que quizá la historia se hace más grande y conecta mejor con el público internacional cuanto más profundo me meto en lo que me rodea”, según comentó en la rueda de prensa de los Premios Oscar. De hecho, este ahondar en lo profundo ha logrado que la película recaude más de 165 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.
Si bien mucho se ha señalado que el premio ha sido para reivindicar las culturas menos visibilizadas o para actuar con corrección política, el éxito del film va más allá de la Academia: es una película esencialmente humana, a pesar del idioma, las facciones físicas o ubicación geográfica de sus protagonistas.
Los diferentes registros que aborda, que incluyen elementos como extrema violencia o marginalización, su puesta en escena, con un juego de luces y colores que señalan las diferencias de los dos mundos, además del desempeño de sus actores, hacen que la película Parásitos logre su objetivo: el retrato de la pobreza y la riqueza en su estado más puro, y cómo, en una simbiosis corrosiva, se las arreglan por coexistir.
Cabe destacar que la universalidad de esta película obliga al mundo a poner los ojos sobre todo el cine y no solo en en Hollywood. Como bien destacó su director:“una vez superada la barrera de los subtítulos, descubrirán películas maravillosas”. Sin duda, Parasite es una.