Te sentiste impresionad@ al ver cómo el hogar del “jorobado de Notre Dame” junto a las gárgolas se quemaba? Sin duda, que entre las noticias del mundo en lo que va de 2019, la masiva destrucción de la Catedral Notre Dame, símbolo de París, es una que ha generado mayor impacto.
Cuando las imágenes se hicieron virales, miles de personas expresaron su pesar, entre las que se encuentran figuras del espectáculo, la política y algunas de las familias más adineradas del mundo.
Pero ¿qué ha sucedido con el dinero que algunos prometieron para su reconstrucción? En Nación Virgin te mantenemos informad@:
Brillan por su ausencia
A los pocos días de ocurrido el hecho, la comunidad internacional se sintió conmovida, provocando un fenómeno que se llamó “la danza de los millones”: François-Henri Pinault, propietario de las marcas Gucci e Yves Saint Laurent ofreció 100 millones de euros. La misma cifra fue ofrecida por la compañía petrolera de origen francés Total.
Por otra parte, Bernard Arnault, director de LVMH y propietario de Luis Vuitton y la marca Dior, prometió 200 millones de euros, al igual que la muy conocida L´Oreal. Lamentablemente, pasan los meses y todavía no se ha visto el primer euro.
¿Las posibles razones? Es probable que estos millonarios no han realizado sus prometidos aportes esperando a que la reconstrucción se encuentre en una etapa más consolidada, y no se vaya el dinero en pagos que no tengan que ver con las decisiones arquitectónicas y artísticas del proyecto.
Sin embargo, muchos han alzado sus críticas a lo que llamarían sólo una acción de vanidad. Al conocerse la mala noticia del incendio, muchas personalidades transformaron las donaciones en una competencia mediática de “quién ofrece más”.
Una última razón es que el gobierno francés no ha dado una visión clara de cómo será el proyecto y, ante esta incertidumbre, los ricos contribuyentes están a la espera de una mayor definición de la forma en que el Estado usará estos fondos.
Entonces, ¿de dónde está saliendo el dinero?
Lo que sí es cierto es que mientras los que prometieron las donaciones todavía no se deciden, son los ciudadanos comunes los que están tomando la iniciativa en cuanto a las donaciones. De hecho y para que te hagas una impresión general del panorama, el 90% del dinero proviene de Estados Unidos y no de Francia como se esperaría.
Aunque no es seguro, el entramado público-privado francés puede que sea un obstáculo para los millonarios se pongan la mano en el bolsillo. Por eso, el parlamento francés busca fórmulas para dinamizar el proceso de reconstrucción. Entre las posibles soluciones está la creación de un organismo público que acelere los trabajos de reconstrucción y que cumpla la meta de los cinco años para la culminación total de los trabajos.
Es de esperar que más temprano que tarde una de las noticias del mundo sea que de nuevo podamos contemplar esta bella obra arquitectónica en todo su esplendor.